viernes, 18 de marzo de 2011

OSWALDO REYNOSO, EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS

EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS El valor de esta novela radica en que nos muestra la vida en la capital del Perú, su realidad descarnada y fría, a través de sus personajes y vivencias en el mes morado, tradicional para los limeños y en general para los peruanos por cuanto es durante él que se rinde homenaje al Señor de los Milagros. Durante sus diversos pasajes podemos notar las luchas sociales, los grandes negociados no siempre limpios, la suciedad de la política criolla y la vida tan disímil de los barrios elegantes y de las barriadas. La obra está enmarcada durante los gobiernos de Odría, Belaúnde, Velasco, Morales, García…pero es casi la historia repetida de las brechas entre pobres y ricos que determinan el modus vivendi de los peruanos. Se desarrolla el Lima, en la época de los 60. El Perú atravesaba tiempos difíciles para los pobres. La clase marginada, que vivía una etapa de tugurización y miseria depositaba sus penas a los pies del Cristo Moreno, de quien esperaban milagros que arreglaran sus vidas. Pinta con palabras diversas costumbres de la época y las desigualdades sociales. Todo parece converger a la realización de la procesión del Señor de los Mi- lagros y al hecho de que muchos creyentes esperen favores del Cristo Morado que por la complejidad de la vida, no se realizarán. Corolario de luchas desiguales son el desmoronamiento moral de un rico caudillo homosexual y la muerte de un muchacho marginal a manos de la policía, hechos que nos recuerdan que debemos vivir con apego a las buenas costumbres y ser consecuentes que tenemos lo que merecemos. Prepararnos y luchar nos dará mejor vida. Son dos las familias que dominan la escena y a cuyo alrededor se suceden los hechos, la familia de don Manuel y la familia Colmenares. El universo de los personajes secundarios está dado por los amigos de los muchachos Colmenares y del hijo de Don Manuel, los gente que de alguna manera rodean a Don Manuel y Don Lucho, los vecinos y otros. Los adolescentes y jóvenes protagonistas de la obra de Reynoso, son personas de conciencia elemental que perviven en pandillas, colleras o bandas, cuya preocupación esencial es el sexo mal entendido y peor vivido que genera vacío y sentimientos de culpabilidad. Son los que de alguna forma dirigen las acciones hacia el desenlace. Don Manuel, porque su vicio lo vuelve vulnerable e incapaz de pensar en sus semejantes, solo vive para sí y pudiendo hacer mucho por los pobres, no lo hace, Don Lucho, personaje pusilánime, que no lucha por su familia con el ímpetu que debiera, no guía a sus hijos convenientemente y la vida de su fami lia se ve azotada por la tragedia. .. El libro tiene características definidas entre las cuales podemos señalar su manifiesto testimonio social, su perspectiva marxista-leninista, realismo, introspección coloquial y el hecho de querer reivindicar minorías marginales y a la comunidad negra. Los periodistas críticos fueron implacables al momento de juzgar esta novela a la cual no le consideraron bondades, la tildaron de inmoral, irreverente, provocadora y hasta pornográfica y no le reconocieron méritos de fondo y forma que indudablemente los tiene. El libro resulta innovador en lo técnico-estructural del lenguaje y en cuanto a su temática, introduce el habla juvenil y la jerga, lo mismo que el monólogo interior, tiene el mérito de haber abordado temas como la homosexualidad en una sociedad machista e hipócrita. Produce en el lector un sentimiento de extrañeza por la sordidez de la vida de algunos grupos , pena y culpabilidad por no hacer algo por ellos, pudiendo hacerlo. .

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