Publicada en Francia en 1923, El hombre de la pampa puede ser leída sin embargo como el eslabón perdido entre Una excursión a los indios ranqueles de Lucio V. Mansilla y las novelas pampeanas de César Aira. Escrita bajo la influencia del clima de vanguardia de su época, la novela es una mezcla desopilante y trágica, de barbarie, exotismo, violencia y lirismo.
Narrando las aventuras de un estanciero cosmopolita, que harto de la mediocridad criolla decide construir un volcán para llevarlo a París y triunfar en Francia, la novela de Supervielle retoma, rehace y destroza, uno a uno, los mitos argentinos. En El hombre de la pampa la propia existencia de una identidad argentina (o uruguaya) está siempre al borde del ridículo, ganada por la megalomanía y los delirios de grandeza, siempre atrapada por las fantasías absurdas y la torpeza del fracaso.
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